Por Gisela Steiger, The Light Squad Studio
Probablemente muchos os hayáis preguntado en algún momento con qué criterios se establece la categoría de un hotel. Cuáles son los parámetros que hacen que un establecimiento tenga de 1 a 5 estrellas. Pues bien, os diremos que una buena iluminación para hoteles lamentablemente no es uno de ellos.
Criterios para asignar estrellas a los hoteles
Actualmente cada país decide los requisitos que deben cumplir los hoteles para asignar las estrellas, por eso existen tantas diferencias de calidad entre un país y otro con hoteles de la misma categoría.
Los criterios básicos se centran en:
- El tamaño de las habitaciones
- La limpieza y la disponibilidad de ciertos servicios (existencia de ascensores, idiomas hablados por los empleados, cantidad de baños privados, aparcamiento, salones, piscinas, spa…)
Sin embargo, muchos servicios no tan objetivos, pero que hoy en día deberíamos considerar básicos, no están contemplados. Ni la simpatía del personal, ni la decoración, ni por supuesto la iluminación para hoteles. La experiencia del cliente no influye en la categoría de un hotel pero sí lo hace en otros estándares como las estrellas Michelin en la restauración.
Un pedacito de su estancia en la memoria
El lujo, hoy, es la experiencia completa. Por ello, los estándares calificativos de estrellas han quedado completamente obsoletos. El cliente busca llevarse un pedacito de su estancia en la memoria. Busca el confort y el confort es sensorial, visual, perceptivo…
Todos nosotros, al acceder a un espacio, recibimos en milésimas de segundo una serie de inputs que determinarán un juicio inmediato. Decidiremos si nos gusta o no, si queremos permanecer en el espacio o no. Da igual de qué espacio se trate, bien sea un hotel, una tienda, un museo o cualquier otra tipología de proyecto. Emitiremos un juicio. Decidiremos.
Cuando se trata de espacios por los que el cliente paga o en los que el usuario debe verse incentivado a comprar, esta percepción inicial se convierte en esencial a la hora de determinar el éxito o el fracaso del proyecto. El usuario tiene que sentir que lo que va a pagar por alojarse, o por adquirir un producto, le merece la pena.
La iluminación para hoteles se traduce literalmente en confort, por supuesto de la mano del equipo de arquitectura e interiorismo. Nuestra meta como diseñadores de iluminación es provocar reacciones en las personas: relax, sobriedad, lujo, sorpresa… generar sensaciones.
¿Cuál es la clave para lograr el confort?
La clave reside en lograr que la iluminación para hoteles no sea un añadido, que suele ser el error más común de muchos proyectos. La luz debe formar parte del espacio desde un inicio, desde la conceptualización del espacio. Y debe estar desarrollada por un especialista: un técnico formado especialmente en esta materia, que realice los planos, los detalles constructivos, las especificaciones necesarias y lleve la coordinación y gestión de la obra. Un especialista que proyecte la iluminación en coordinación con el equipo técnico.
Iluminación para hoteles: ¿qué es proyectar con la luz?
Proyectar con la luz significa lograr que la geometría exista según se ha proyectado. Que el proyecto conserve su esencia tanto con luz natural y como con luz artificial. Que el espacio se lea por capas teniendo en cuenta la materialidad, la profundidad y su complejidad visual. La complejidad perceptiva. El detalle.
Cada vez somos más los que descartamos hoteles por las fotografías de la web: iluminación demasiado homogénea, fría, sin contrastes, pobre, impersonal… que no nos transmiten sensaciones agradables y por lo tanto consideramos que no responden a los estándares de calidad que marcan las estrellas que se le han otorgado. Los descartamos intuitivamente porque no inspiran confort. Desde luego, no pensamos que es culpa de la iluminación para hoteles. Pero generalmente lo es y, al fin y al cabo, nuestro juicio inicial y el más valioso es que no reflejan la experiencia por la que deseamos pagar.
Reportaje publicado en spaincontract 42