“Uno es lo que sabe hacer”
El interiorista, diseñador y arquitecto Ramón Esteve concedió una entrevista a Spaincontract en la que aprovechó para hablar sobre el papel del arquitecto como diseñador. Rescatamos algunos fragmentos de esta conversación por su enorme valor para los profesionales del hábitat y el contract. Si en su momento te la perdiste, no dejes de leerla.
De todas las facetas profesionales: arquitecto, interiorista, diseñador… ¿Puede quedarse con una sola?
Escogería la de arquitecto porque lo reúne todo. Aunque las tres disciplinas son conceptualmente similares. Al final, los planteamientos son los mismos con distintas reglas. Esto viene de la Bauhaus, la ‘Catedral del futuro’, la ‘Obra de Arte Total’… los arquitectos llevamos un siglo dándole vueltas a este tema.
«La arquitectura es hábitat, y el diseño industrial deriva de ello»
Sin embargo, en las últimas décadas en España la arquitectura se ha centrado mucho en edificación y ese concepto del arquitecto como diseñador se ha diluído. ¿Lo reivindica Ramón Esteve?
Depende en gran medida de la coyuntura económica y social de España en esos años, donde había mucha obra pública y lo más atractivo y lucrativo para un arquitecto era centrarse en elementos de escala mayor . Como concepción arquitectónica lo lógico sería controlar todos los aspectos que forman parte de un ambiente. Esto es lo que a mí me interesa, luego cada situación particular te lleva a hacer una cosa u otra, pero el control del espacio y el control de los elementos que lo componen es algo que considero fundamental del proceso creativo. Le Corbusier se planteó su visión del mueble de la siguiente forma: “Como arquitecto te voy a transmitir una forma de vivir, genero un contenedor y unos objetos dentro de ese espacio”.
Ahora mismo lo que está pasando es que los arquitectos también escogen para sus proyectos muebles que ya han sido diseñados, y es que un mueble puede servir para varios espacios a la vez. Un mueble puede encontrarse bien en un espacio aunque no haya sido diseñado para él, si comparte unos planteamientos fundamentales.
¿Existe controversia con los diseñadores industriales en esta reivindicación del arquitecto como diseñador de producto? ¿no teme que se les tache de intrusismo?
Habría que preguntarse qué significa intrusismo. El lugar de origen del diseño industrial, la Bauhaus, se componía de arquitectos. La arquitectura es hábitat y el diseño industrial deriva de ello, por lo que ha sido una especialización.
En Europa y en España se da cada vez más la interdisciplinariedad. Uno es lo que sabe hacer, independientemente de su formación. Hay diseñadores que hacen cine, arquitectos que hacen música… está todo muy mezclado. Por ejemplo, yo como arquitecto, tengo más afinidad con un buen diseñador que con un arquitecto sin vocación. Las parcelas no están acotadas. A veces hay más coincidencias entre mundos heterogéneos que entre mundos que comparten una titulación.
¿Cuál es el criterio que utiliza cuando tiene que encargarse del amueblamiento de un espacio?
Lo que más me apetece es hacer piezas propias que refuercen el discurso proyectual, pero no siempre es posible ni por tiempo ni por recursos. Admiro el buen diseño, por lo que estoy encantado de utilizar piezas que no salgan de nuestro estudio, de otros diseñadores o arquitectos. En definitiva, lo que siempre busco es que encaje en el espacio.
«Prefiero hacer piezas que estén ahí sin `gritar´ demasiado, pero que transmitan»
¿Podríamos decir que existe un estilo Ramón Esteve?
Sí que hay un estilo Ramón Esteve y consiste en un modo de enfrentarse a los proyectos, más que unos parámetros de estilo reconocibles. No busco dejar mi sello. Algunos diseñadores buscan dejar su impronta en aquello que diseñan, como Philippe Starck, que siempre hace un guiño para que su pieza sea reconocible. A mí me gusta la neutralidad, la universalidad, piezas que puede haberlas diseñado cualquiera. Busco intemporalidad, que mi personalidad pase desapercibida.
Eso no impide que tenga también colecciones con mucho carácter, como la colección Faz para Vondom. Personalmente siempre pienso dónde pondría la pieza que hago, si se va a poder adaptar a distintos espacios o no. Como la ropa: si te lo puedes poner con facilidad. Prefiero hacer piezas que estén ahí sin gritar demasiado, pero que cuando te detengas en ellas te transmitan algo.
«La vivienda es como un traje a medida», dice Ramón Esteve
¿Hay alguna tipología de espacio en la que se sienta más cómodo?
La verdad es que me gusta generar atmósferas y experiencias, por lo que me agradan toda clase de espacios. Ahora estamos haciendo hoteles y me parece un mundo apasionante. El hotel es un espacio apasionante, porque es como una vivienda de uso temporal, pero con restaurantes, spa…, es muy interesante trabajar con las distintas experiencias del usuario en el espacio.
¿Qué diferencias encuentra entre un espacio contract y un espacio privado?
La vivienda es como un traje a medida, yo siempre la comparo con la alta costura. Los hoteles también pueden serlo, pero el cliente no está tan definido, debe abarcar unos conceptos más amplios, aunque te dirijas a un segmento determinado.
¿Qué ejemplo pondría de buen diseño de un objeto cotidiano?
La vinajera de Rafael Marquina.
¿Se quedaría con algún material para diseñar?
Me gustan los materiales naturales, pero también los tecnológicos como el plástico. Para mí la responsabilidad del diseñador es ponerlos en valor. No creo que haya materiales buenos ni malos en sí, depende de cómo se utilicen y se combinen. Por ejemplo, con el material más preciado podemos encontrar piezas anodinas mientras que con el más denostado podemos encontrar piezas fantásticas.