dos personas con gafas de realidad virtual

La industria 4.0 ha traído consigo herramientas y soluciones que permiten recrear la realidad. Un instrumento muy útil para nuestro sector a distintos niveles, por sus aplicaciones tanto en el proceso productivo como en el proceso de venta. Y lo que es más importante, en la experiencia de compra

La realidad virtual presenta múltiples ventajas para la fabricación de muebles y el interiorismo de cara al cliente final, al ser capaz de trasladarnos a un espacio o ambiente que no existe físicamente. 

Pero antes de conocer las ventajas de esta tecnología, debemos distinguir entre realidad aumentada y realidad virtual. La diferencia principal entre ambas es que en la realidad aumentada se toma la realidad tal y como es, y se le añaden elementos virtuales para que el usuario pueda interactuar con ellos. De este modo, actúa sobre un único sentido: la vista. Por ello, se trata de una herramienta muy valorada para implementarse en plantas productivas, ya que permite a los trabajadores realizar, por ejemplo, formaciones in situ en la propia fábrica, mediante el uso de unas gafas.

trabajador con gafas de realidad virtual

En cambio, la realidad virtual es una inmersión completa en un entorno irreal que donde el usuario puede visualizar, desplazarse dentro de la escena y, gracias a los cascos escuchar los sonidos. Así, el sentido principal activado es la vista, pero también el oído y, en cierta medida, el tacto.

Del render al espacio virtual

Tradicionalmente en el sector del hábitat los renders permitían simular la realidad, pero se trataba de una realidad estática. Hasta ahora, con un software de diseño se podía dibujar fácilmente una escena y un catálogo de texturas de muebles. De hecho, en los últimos años los renders han mejorando tanto que resulta prácticamente imposible distinguir una foto virtual de una foto real.

Sin embargo, esta solución seguía sin satisfacer la necesidad de poder desplazarse dentro de cada proyecto, al tratarse de una imagen fija. Faltaba la cuarta dimensión, poder sentirse partícipe de ese espacio. La realidad virtual va más allá de donde llegan los renders. Con unas gafas de realidad virtual los fabricantes, minoristas y prescriptores (interioristas y arquitectos), pueden mostrar a su cliente final el resultado de un proyecto, o integrar un producto en un ambiente virtualizado. Es un paso más allá en la `customer experience´ para nuestra industria. 

La realidad virtual como herramienta de marketing

Cada vez son más las firmas que se suman al uso de la realidad virtual para promover contenidos producidos. La RV permite abordar a los consumidores de una forma distinta y más atractiva, impactando y llevando al usuario hacia una nueva experiencia inmersiva. Esta tecnología aplicada al marketing es, a día de hoy, una forma infalible de impactar al consumidor. Y supone una de las tecnologías en las que las empresas más van a invertir en 2020.  

decoración con realidad virtual con la app DecoVR
app DecoVR. de Aca España

El gigante IKEA fue pionero al presentar en 2017 su aplicación `IKEA Place´. Una app de realidad aumentada que permite experimentar y posteriormente compartir con fiabilidad los diseños para los espacios que el usuario necesita amueblar. Según Michael Valdsgaard, responsable de la Transformación Digital en Inter IKEA Systems, “la realidad aumentada y la realidad virtual van a representar un cambio total en las reglas del juego de la distribución, de la misma manera que lo supuso Internet. Solo que esta vez será mucho más rápido”. 

Una forma de mostrar un proyecto

Empresas nacionales como Moinsa, fabricante de soluciones integrales de equipamiento comercial y técnico, ya están apostando por la realidad virtual para mostrar a sus clientes potenciales los escenarios de distintos espacios -tiendas, hoteles, restaurantes, oficinas, etc.-. Ofreciendo las posibilidades de los productos mientras éstos pasean de forma simulada, explorando todo un entorno visualmente llamativo y observando un producto desde múltiples ángulos de acuerdo a su preferencia.

espacio recreado en realidad virtual visto a través de unas gafas

María José Domínguez, del departamento de Marketing de Moinsa, asegura que el objetivo de la realidad virtual es “aportar soluciones que ayuden al cliente, dando un paso al frente y ofreciendo mucha más información visual antes de que este realice su compra, algo que mejora sustancialmente su experiencia a la hora de realizar negocios, al tiempo que favorece su confianza”.

De esta forma, la realidad virtual genera valor y también permite interactuar con los productos, de manera que se pueden tocar los artículos y ampliar información sobre materiales, acabados, colores, etc. Una forma de contar con un `showroom´ virtual que va a revolucionar al sector tanto en lo que se refiere a costes, como a inmediatez y comunicación con los clientes