El proyecto de interiorismo de la sede central del Grupo Anaya funciona como la base de un buen libro: tiene personajes, capítulos, estructura y trama. El libro es el protagonista de este diseño creado por el estudio Carlos Manzano Arquitectos. ¿Te animas a leerlo?
Al ser el libro el producto fundamental de Anaya, se convierte en un componente imprescindible en la nueva oficina. Está constantemente presente y es una manera de expresar la marca, conectar con el empleado y reforzar la cultura empresarial y el sentido de pertenencia. Por ello, el proceso de diseño que se ha seguido para dar forma a la nueva sede del Grupo Anaya en España podría compararse con el de escribir un libro: se han analizado los personajes que constituían los distintos equipos, se ha organizado la planta por capítulos de trabajo a los que se ha dotado de una estructura que diera soporte a esas zonas; y se han incorporado zonas comunes como las tramas de un libro que unen todos estos elementos.

Flexibilidad para un entorno más saludable
“Para diseñar el nuevo entorno de trabajo para estas oficinas, nos hemos basado en la filosofía de `Activity-based working´ donde la propia distribución es capaz de ofrecer diferentes espacios que sirven de soporte a la gran variedad de actividades que se dan en el día a día de los empleados”, explican desde Carlos Manzano Arquitectos. Trabajo individual, colaboración formal, reuniones online, llamadas, interacción informal, socialización… El foco se pone en los empleados que, en vez de verse forzados a trabajar constantemente en su escritorio, tienen la libertad de elegir el lugar más adecuado para llevar a cabo sus diferentes tareas.

La biblioteca como punto de encuentro en la sede del Grupo Anaya
Cada planta cuenta con una biblioteca, un espacio central de interacción en la que se ubican diferentes zonas de estancia y colaborativas donde los empleados se ven rodeados de librerías de madera con los libros que ellos mismos han ilustrado, editado o publicado.También el libro forma parte de los elementos separadores en las zonas de puestos de trabajo mediante estanterías metálicas en la parte superior, sirviendo de filtro visual y acústico.
La distribución de la oficina se basa en la ubicación en el perímetro de fachada de los espacios abiertos de trabajo más permanente, para garantizar el acceso a la iluminación natural y el contacto visual con el exterior, mejorando el bienestar de los empleados. Los espacios colaborativos cerrados con salas de reuniones de distintos tamaños, think-tanks para trabajar de forma rápida en pequeños grupos, phone-booths para reuniones online… Están junto a los patios interiores, creando distintos núcleos que toman forma de cajas.
“Algo que queríamos evitar era la visión de un mar de puestos de trabajo”, explican los responsables del proyecto. “Esto lo hemos conseguido con la disposición y distribución de mesas rotadas y la presencia de estanterías-filtro”.
