Cuando uno piensa en churros, ¿qué imagen se le viene a la cabeza? Probablemente pensemos en ese delicioso pedazo de masa frita con forma ovalada. O quizás recordemos algún momento de nuestra infancia comiendo churros en la feria, o desayunando churros con chocolate en un bar después de una noche de juerga. Lo que sí es claro es que el churro como elemento contiene grasa, y el lugar donde se cocina suele ser un local grasiento, cuando no una caseta en la calle. La churrería Schotis llega para revolucionar ese concepto, dándole completamente la vuelta. ¿Cómo? ¡Te lo contamos!
Pablo Quevedo, fundador de quebue creative studio ha llevado la dirección creativa de la churrería Schotis. Desde el desarrollo de la imagen de marca hasta el interiorismo de un local en pleno barrio de Chamberí, en Madrid. «Al desarrollar el concepto Schotis llevamos la churrería a un lugar nuevo, fuera de tendencias preestablecidas, altamente estético, artístico, limpio, sabroso, saludable, y con un componente aspiracional similar a la de una firma de moda de lujo contemporánea».
El local busca que el cliente sienta que se lleva algo más que un mero producto de consumo. Por eso Schotis es toda una experiencia. «En quebue creative studio afrontamos el trabajo de branding desde una perspectiva fílmica. Creemos que un proyecto empresarial debe contar una historia, independientemente de sus objetivos comerciales». Y esa historia, según Pablo Quevedo, si se cuenta de un manera ágil, redonda, emocionante, clara y a la vez compleja, llegará al usuario. Por eso Schotis es una diferente concepción de disfrutar del universal y a la vez local churro, abrazando toda la experiencia desde el diseño y la estética.
Inspiración en los comercios de los años 40
Una de las empresas más reconocidas mundialmente en el sector del lujo en retail y hostelería, Acierta, se encargó del desarrollo y ejecución del proyecto de interiorismo. Juntos, crearon un espacio arquitectónico inspirado en los comercios vanguardistas de alimentación y hostelería de los años 30-40 del siglo XX. Limpio, funcional, con materiales muy sencillos y fáciles de mantener, como la clásica baldosa blanca. Detalles como el chocolate en el suelo o rebosando sobre el diseño transmiten la magia necesaria que hace de la experiencia de la churrería Schotis algo único y diferente. «Hemos dado personalidad al puesto del churrero, creando su espacio con identidad y señalética propia, situándolo como un DJ en la discoteca frente al espacio de baile y no contra la pared como es habitual».
Una maqueta de LEGO
Pablo Quevedo es experto en desarrollo visual de marca, pero no es arquitecto ni interiorista. Sin embargo, podríamos decir que es un hombre de recursos. «Para presentarle una propuesta a la arquitecta de Acierta que ha colaborado en el proyecto, Paula Giner, fabriqué una maqueta con piezas de LEGO de cómo nos gustaría que fuese la churrería Schotis». Cuando les mostraron la idea y su maqueta de LEGO del local, «ellos automáticamente se entusiasmaron de la misma manera que nosotros lo estábamos». Y es que el espacio tiene mucho del archiconocido juego de construcciones infantil en el que Quevedo dice tener «40 años de experiencia».
Churrería Schotis, un nombre 100% madrileño
El nombre para la churrería Schotis nace de un clásico restaurante ya cerrado que se ubicaba en el madrileño barrio de La Latina. «El Schotis fue uno de los primeros lugares en el Madrid donde se podía comer un filete mignon«, explica Pablo. «Ese nombre era algo tan bello y poderoso que pedía ser el centro de lo que sería la marca».
Asimismo, Quebue Creative Studio generó un universo lingüístico que permite crear un sinfín de discursos, desde el concepto de `Fritter´s Spanish Club´, hasta la nomenclatura de sus productos, logrando una sonoridad y una poética apetitosa «neo castiza», como lo llaman sus creadores.
«La bella y redonda palabra Schotis nos habla de conceptos tan madrileños como lo chulapo y descarado, lo internacional siendo a la vez tan local y castizo, lo burlón, el juego y el deleite».
En cuanto al logotipo, se trata de una flor construida con el clásico churro madrileño y el detalle del clavel rojo en forma de punto, ambos símbolos definen a la perfección qué es la churrería Schotis. «Es una pieza maestra fuera de tendencias que nos garantiza un valor infinito». Y es que, ¿qué hay más fetén y castizo que unos ricos churros y un clavel rojo?
Fotos: Pablo Quevedo
schotis by quebue from quebue _ Creative Studio on Vimeo.
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