Solucionar problemas y cubrir necesidades aportando bienestar a la sociedad y a las personas, es el objetivo del diseño inclusivo. Un concepto que afecta al diseño para hábitat y contract, y que persigue no solo “integrar” a partir de la funcionalidad, sino generar en las personas experiencias beneficiosas y participativas.
¿Por qué el diseño inclusivo habla de experiencias?
Mientras que lo que conocemos como diseño accesible consiste en la creación de productos orientados a superar limitaciones y abordar la diversidad de características físicas o cognitivas que se pueden dar en la sociedad; en el diseño inclusivo, el resultado de la experiencia debe imponerse al estado de limitación. Su fin por lo tanto es, además de solucionar un problema, proporcionar sensaciones de bienestar y superación estimulantes para el usuario, que impulsen su autonomía y autodesarrollo.
En este sentido estos proyectos seleccionados de la exposición “Diseño Inclusivo y Social” organizada por la Escuela Técnica Superior de Ingeniería del Diseño y Las Naves en Valencia, ofrecen una visión de este enfoque en distintas aplicaciones en áreas de interés (o vinculadas) con el contract.
Del “diseño para todos” al diseño inclusivo
El arquitecto Ronald Mace acuñó en Estados Unidos a finales de los años 80 el término “diseño universal” o “diseño para todos”. Este concepto proponía siete principios a tener en cuenta a la hora de diseñar para que los productos y servicios fueran adecuados al mayor número de personas y situaciones, sin necesidad de ser adaptados, que fueron las premisas bajo las cuales se empezaron a instalar en espacios públicos y privados, de forma generalizada, barandillas, rampas, pavimentos seguros, textos en braille, etc. Estos son los 7 principios:
- Igualdad de uso
- Flexibilidad
- Uso simple y funcional
- Información comprensible
- Seguridad
- Mínimo esfuerzo físico
- Tamaño y adecuación al espacio
Paralelamente surge en Europa el diseño inclusivo, que amplía este concepto en aras de la diversidad y una mayor adaptación, enfrentándose a cuestiones individuales y colectivas que no se pueden resolver con enfoques generalistas. Así, la aproximación del diseño a las necesidades de las personas desde su particularidad y sus limitaciones, requiere considerar la equidad como objetivo; pues en muchos casos es un paso más hacia la igualdad.
Y dado que el diseño de los elementos que componen el espacio que habitamos tiene una repercusión directa en el bienestar de los individuos y de la sociedad, debe mantener un compromiso con la diversidad. Porque como apunta la comisaria de la exposición Marina Puyuelo, Doctora del Dpto. de Expresión Gráfica Arquitectónica de la ETS de Ingeniería del Diseño de la UPV: “el diseño siempre es social y está vinculado a la vida de las personas y del planeta”. Es por ello que el diseño inclusivo se pone al servicio de todo aquello que contribuya a hacer del mundo un lugar mejor para todos.
Reportaje publicado en la revista spaincontract num. 45