“Sencillez, brutalidad y sorpresa conforman el enfoque del estudio, buscamos la total integración como antesala de la disrupción radical. Nos gusta cuando nos llaman otros artistas o clientes para que comuniquemos desde la luz una parte del mensaje que quieren transmitir con su proyecto”. Es Manuel Conde, fundador y director de Radiante Ligth Art Studio. Su trayectoria en diseño lumínico acaba de obtener el Premio a la Creación PRECREA en la categoría de Diseño y Creatividad Tecnológica: “un gran honor inesperado”. 

¿Por qué la luz?

Quizá porque he crecido literalmente en un teatro, donde la luz se emplea de manera dinámica para contextualizar, moldear, simbolizar, alterar estados emocionales y percepciones, regir la mirada, ocultar lo evidente y evidenciar lo oculto, crear belleza.

¿Es la luz un material?

Hacemos que se perciba como tal, cuando en el sentido convencional no lo es. En muchos de nuestros diseños o piezas de light art empleamos la luz para crear estructuras, que se interpretan ampliamente como sólidas cuando se combina con una atmósfera de partículas en suspensión. En otros, la empleamos como un revestimiento, como una piel nocturna.

¿Qué papel juega la luz en la creación de espacios? ¿Y en la generación de emociones en estos espacios?

La luz juega un papel clave en ambos, modifica la percepción del espacio físico y por tanto su interpretación. Tendemos a creer que esas interpretaciones son homogéneas, pero nada más lejos de la realidad, operan factores sociales, individuales y ambientales que nos hacen interpretar y, por lo tanto, sentir los espacios de manera diferente. Nuestro trabajo es complejo, cuando queremos manipular el espacio mediante la luz para generar las emociones deseadas, tenemos que tener en cuenta esa diversidad.

¿Espacios interiores o espacios exteriores? 

Difícil elegir. En los interiores gozamos de más control y tenemos menos restricciones técnicas. Los exteriores suelen ser más complejos pero la interacción con la ciudadanía es nuestra razón de ser.

¿Podríamos decir que tu estudio navega entre el arte, la arquitectura y el diseño?

Navegamos por agua dulce y salada, diseñamos para estudios de arquitectura e interiorismo, hospitality y artes escénicas. Además, autoproducimos nuestras obras de arte lumínico que después viajan por espacios expositivos o festivales internacionales como el Burning Man o el que acabamos de realizar en Florencia.

¿En qué proyecto estás trabajando?

Junto a Miguel Arraiz estamos trabajando Infinite Bridges. En este proyecto de arte lumínico paisajístico, se plantea la pregunta de si el amor puede ser un componente esencial del legado ciudadano.

Al interactuar con elementos lumínicos que representan la palabra «amor» en código Morse, los participantes transmiten mensajes de amor, que la obra de arte acumula y difunde con el tiempo a través de una composición lumínica y sonora generada por un algoritmo. Es un proyecto en el que contamos con la colaboración de Banjo Soundscapes para la parte sonora y Arqueha en la parte arquitectural.

¿Cómo valoras la situación del diseño lumínico en España?

Al inicio de mi carrera no existía formación reglada en iluminación, ahora hay estudios reglados tanto en diseño de iluminación arquitectónica como en iluminación espectacular. El movimiento asociativo ha pasado de anecdótico o inexistente a tener varias asociaciones profesionales estables, representativas y numerosas. Cada vez son más los clientes que tienen una cultura lumínica que traspasa la frontera de simplemente alumbrar las cosas. Que te buscan, que saben ver el valor que aportas. Se han establecido en el tiempo varios festivales notables con la luz como protagonista. Creo que no está nada mal para como estábamos.